La cumbre de los dioses
La película que reafirma mi deseo de subir una montaña
Le Sommet des Dieux — Francia, Patrick Imbert (2021) es una película que me ha tocado la fibra sensible y me ha dejado con ganas de más historias de alpinismo.
Adaptación francesa del manga homónimo escrito por Jiro Taniguchi que narra la historia de Makoto Fukamachi, un aventurero y fotógrafo japonés que sigue el rastro de un misterioso alpinista debido a la sospecha de que este podría tener bajo su custodia una cámara perteneciente a George Mallory. El revelado de ese carrete podría desvelar el misterio de si Mallory efectivamente llegó a la cima del Everest en 1924 antes de desaparecer para siempre, 29 años antes del primer ascenso oficial.
Mis ojos se fijaron en un par de pequeños puntos negros [...] El primero se acercó entonces al gran escalón de roca y pronto emergió en la cima; el segundo hizo lo mismo. Entonces toda la fascinante visión se desvaneció, envuelta en nubes una vez más
—Noel Odell, último hombre que vio a Mallory e Irvine con vida, 8 de junio de 1924.
Nos encontramos ante un precioso film que, a través de sus imponentes planos generales de paisajes montañosos, intenta ahondar en ese sentimiento que poseen los alpinistas, el cual les empuja siempre hacia nuevas y más difíciles metas, llegando incluso a al extremo de poner estas metas por encima de sus propias vidas.
A mí siempre me ha gustado el mundo del alpinismo, desde pequeño que veía los documentales de Al filo de lo imposible me ha atraído esa cultura. Aunque no he tenido la oportunidad hasta el momento, siempre he querido subir una montaña (espero resolver esta deuda que tengo conmigo mismo, lo antes posible). Debido a todo esto, esta película me ha tocado la fibra sensible y me ha dejado con ganas de más historias de este tipo. Creo que es una película fácil de ver y recomendable para todo el que quiera pasar un buen rato disfrutando de una emocionante aventura.
¡Ya era hora de romper la racha de películas difíciles de digerir!